Un paso adelante hacia la igualdad de género, para todas las personas.

Las inversiones en la salud y los derechos de las mujeres y las niñas han cambiado el mundo, acercándonos más que nunca a la igualdad de voces y a la ampliación de opciones. Las mujeres han dado grandes pasos hacia adelante y no van a retroceder.

La marcha hacia la igualdad de derechos es imparable. Continuará hasta que la igualdad de género alcance a todas las mujeres y niñas, en todas partes.

Los compromisos asumidos para avanzar en la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de 1994 y en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing en 1995 encendieron 30 años de progreso, especialmente en materia de salud sexual y reproductiva. Activistas y aliados en todas partes del mundo se han movilizado para hacer que la maternidad sea más segura y empoderar a las mujeres con más opciones sobre su fertilidad. Su defensa ha llevado a una abrumadora mayoría de países a aprobar leyes contra la violencia doméstica.

Estos y otros avances son logros históricos que han transformado la vida de las mujeres. Cada aspecto del empoderamiento de las mujeres, desde la educación hasta la participación en la fuerza laboral y el liderazgo político, depende de la base de bienestar y autonomía que proporciona la salud sexual y reproductiva. Y cuando las mujeres y las niñas prosperan, también lo hacen sus familias, comunidades y nuestro mundo.

Al liberar el potencial de la mitad de la humanidad, la igualdad de género conduce a sociedades más seguras y prósperas para todas las personas. Esto se afirma en acuerdos de derecho internacional vinculantes y de larga data que la mayoría de los países han firmado, y está respaldado por evidencia rigurosa. Sin embargo, millones de mujeres y niñas todavía se quedan atrás: cada tres segundos, una adolescente es casada en algún lugar del mundo. No hay un solo país en el mundo que haya alcanzado la plena igualdad de género. La inversión en igualdad de género es una fracción de lo que debería ser, a pesar de que sabemos que generaría billones de dólares en ganancias económicas y beneficios sociales incalculables.

Leyes y regulaciones injustas aún restringen los derechos, y los servicios de salud no satisfacen las necesidades. Cada 10 minutos, una mujer o niña muere a manos de una pareja íntima o un familiar. Esa sola estadística nos dice todo sobre lo poco que se ha avanzado en detener la violencia impulsada por la misoginia y la discriminación, y sobre lo que la sociedad elige priorizar.

El aumento de los conflictos armados y los desastres climáticos amplifican los riesgos y las desigualdades, ya que las mujeres y las niñas enfrentan tasas más altas de embarazos no intencionales y mortalidad materna, mientras que la violencia y los matrimonios infantiles se disparan.

Este Día Internacional de la Mujer es un llamado a avanzar, con urgencia y solidaridad, por todas las mujeres y niñas en toda su diversidad. A pesar de los muchos desafíos, hemos visto en nuestras propias vidas cuánto cambio es posible, y tenemos el derecho internacional y los derechos humanos fundamentales de nuestro lado. Tenemos ejemplos de cambio y evidencia de los beneficios. Estas son herramientas poderosas para lograr la igualdad. Usémoslas.

El UNFPA continuará trabajando con socios y aliados, con gobiernos y la sociedad civil, para defender los derechos de las mujeres. No descansaremos hasta que todas las personas puedan tomar sus propias decisiones sobre si tener hijas o hijos y cuándo hacerlo. Hasta que ninguna mujer muera durante el embarazo o el parto. La igualdad de género transformará nuestro mundo, para las personas de hoy y de mañana, en beneficio de la humanidad.