La cultura es y ha sido siempre un aspecto central del desarrollo. Dado que se trata de un aspecto natural y fundamental en las vidas de los seres humanos, es preciso integrar la cultura en las políticas y los programas de desarrollo; en este informe se indica de qué manera se aplica este proceso en la práctica.
El punto de partida del informe es la validez universal del marco internacional de derechos humanos. En consecuencia, el aspecto medular es analizar y mostrar de qué manera los enfoques con sensibilidad cultural revisten importancia crítica para la vigencia de los derechos humanos en general y de los derechos de la mujer en particular.
En el informe se ofrece un panorama general de los marcos conceptuales, así como de la práctica del desarrollo, considerando los eventos cotidianos que conforman la experiencia de las personas con respecto al desarrollo. Los enfoques con sensibilidad cultural requieren un conocimiento a fondo de la cultura: estar familiarizados con la manera en que operan las culturas y la manera de colaborar con ellas. El informe presenta algunos de los retos y dilemas de las estrategias dotadas de sensibilidad cultural y sugiere de qué manera es posible abordarlos al entablar relaciones de colaboración.