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Con motivo del día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en Venezuela llevó a cabo el foro “Femicidio: ¿Cómo avanzar hacia la erradicación de la muerte trágica de mujeres por razones de género?”.

 

“La violencia contra las mujeres es una de las violaciones de derechos humanos más extendida, persistente y devastadora del mundo actual, sobre todo porque apenas se informa de lo que ocurre ya que los perpetradoras disfrutan de una gran impunidad y porque el silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las víctimas hace que este problema se invisibilice” señaló Jorge González Caro, Representante Nacional de UNFPA en Venezuela.

 

Durante el foro se explicó que la violencia contra las mujeres y niñas tiene sus raíces en siglos de dominación masculina y las desigualdades de género que alimentan la violencia, son consecuencia de un desequilibrio de poder que alcanza su máxima expresión en los femicidios.

 

“Estamos convencidos de que es necesario dar visibilidad al femicidio, con la generación de información que permita entender cómo ocurre, cuándo, dónde y que logre niveles de sensibilización y comprensión ante la sociedad para reducir la grave problemática de naturalización que existe al respecto y que a su vez permita contribuir con el desarrollo de políticas públicas, elementos normativos y acciones positivas que contribuyan a la erradicación del problema”, comentó Gioconda Mota Gutierrez Coordinadora Nacional de Violencia Basada en Género, UNFPA.

 

Según la experta, la violencia basada en género y los femicidios siempre se pueden prevenir, lo que necesitamos son grandes voluntades para trazar líneas que enfrenten esta problemática pero que “efectivamente se pueden desarrollar medidas, acciones, políticas públicas, procesos de sociabilización humana a través de la educación, la cultura y los medios que contribuyan progresivamente con la desnaturalización que existe de manera generalizada de la violencia basada en género y el femicidio. El mayor desafío para nuestro país es sumar voluntades y construir sinergias que tracen rutas en esta dirección”.

 

Luz Patricia Mejía Guerrero, secretaria técnica del MESECVI / OEA habló de la ley modelo que se elaboró a partir de la Convención de Belem do Para y que se ha convertido en un instrumento que permite estandarizar algunas de las complejidades que plantea el femicidio en la región, como los estereotipos que afectan la investigación de casos y protección de la mujer. “Se propone que se revise la legislación existente, que se actualice y armonice con otras normas de rango sublegal como son los protocolos de atención no solo en el ámbito de justicia también en el ámbito de salud y educativo. Se debe fortalecer la prevención, la protección, la investigación, sanción y reparación integral de las víctimas. Hemos encontrado a nivel regional mecanismos débiles y bajos presupuestos por lo que no están logrando los objetivos y se reproduce y profundiza la violencia mandando un mensaje de impunidad”, concluye.

 

En lo que va de año se han registrado 217 femicidios a nivel nacional, lo que implica que cada 33 horas muere una mujer o niña por razones de género, según cifras recogidas por UTOPIX.

Aimée Zambrano, responsable del monitor de femicidios de la organización expuso las principales causas del femicidio en Venezuela: Objetificación del cuerpo de las mujeres y las niñas; Construcción cultural del amor romántico, desde una visión de poder y forma de control; La violencia como construcción de la masculinidad de los hombres y el contexto político y económico del país.

 

Carolys Pérez, Ministra del Poder Popular para la Mujer destacó la reactivación de la línea 0800-mujeres como uno de los esfuerzos que se están haciendo para fortalecer el sistema de atención “en este sentido damos las gracias al UNFPA por el apoyo que nos ha brindado para construir una red en la que se suman organismos multilateral, la institucionalidad del Gobierno y los movimientos de mujeres”, añadió, al tiempo que hizo un llamado a los distintos organismos de los otros poderes del Estado para que “procuremos evitar la revictimización de las mujeres, impulsar un nuevo proceso de formación que nos invite a servidores y servidoras públicos a ejecutar nuestras acciones con visión de genero y a procurar que no solo en la ley sino en cada una de las acciones del poder judicial, moral, ejecutivo y legislativo se coloque en primer lugar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia”.

 

Esta actividad, dio inicio a la campaña de 16 días de activismo, la cual se ha convertido en una herramienta comunicacional para impulsar acciones para poner fin a la violencia de género en todo el mundo, y que concluye el 10 de diciembre, día de los Derechos Humanos.

 

“Estos 16 días de activismo sirven para por un lado visibilizar los logros, los avances y las conquistas en materia de derechos humanos de mujeres, niñas y adolescentes, que se han alcanzado con las políticas que hemos ido construyendo y a su vez para visibilizar la problemática aun presente, los desafíos y retos que todavía tenemos” apuntó Gioconda Mota Gutiérrez.

 

En este sentido, Mary Carmen Villasmil, coordinadora del componente de igualdad y equidad de género señaló las principales líneas de acción de UNFPA en el ámbito de la Violencia Basada en Género:

  • Fortalecer los marcos legales, normativos y de rendición de cuentas de cara a promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres y las niñas para que puedan ejercer sus derechos.
  • Fortalecer las capacidades nacionales para la  implementación de la Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
  • Promover e intensificar la participación de la sociedad civil y de la comunidad para eliminar las normas de género y socioculturales discriminatorias que afectan a las mujeres y las niñas.
  • Incrementar la capacidad multisectorial y la coordinación interinstitucional para prevenir y responder a la violencia de género mediante un enfoque integral en todos los contextos.
  • Fortalecer la capacidad de generar datos e indicadores con perspectiva de género, que permitan visibilizar las desigualdades y las inequidades.
  • Apoyar en el cumplimiento de acuerdos y recomendaciones de mecanismos nacionales e internacionales en DDHH, para la protección de mujeres y niñas.