Usted está aquí

La violencia sexual y basada en el género es la forma más extrema de la desigualdad global y sistémica que sufren las mujeres y las niñas. No conoce fronteras geográficas, culturales ni socioeconómicas. En todo el mundo, una de cada tres mujeres será objeto de violencia física o sexual en algún momento de su vida, en formas que van desde la violación y la violencia doméstica hasta la intimidación y el acoso en el trabajo y en Internet.

Solo este año, más de 200 niñas han sido secuestradas en Nigeria; hemos visto testimonios gráficos de violaciones y esclavitud sexual de mujeres iraquíes durante el conflicto; dos niñas indias fueron violadas, asesinadas y colgadas de un árbol; y en los Estados Unidos ha habido casos de gran
repercusión de violencia sexual en equipos deportivos y campus universitarios.

Las mujeres y las niñas son víctimas de actos de violencia en todos los países y los vecindarios, pero esos delitos con frecuencia se ocultan y no se denuncian. Debemos poner fin al silencio. Por esa razón, este año el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se centra en una iniciativa a nivel de la comunidad destinada a aumentar la conciencia, denominada «Pintemos tu mundo de naranja». En la zona de las Naciones Unidas, el edificio de la Secretaría y el Empire State se iluminarán de color naranja, y se prevén muchas otras actividades en todo el mundo y en los medios de comunicación social.

Todos somos responsables de prevenir y poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, comenzando por eliminar la cultura de discriminación que permite que esa violencia continúe. Debemos destruir los estereotipos de género y las actitudes negativas, adoptar y aplicar leyes para prevenir y poner fin a la discriminación y la explotación y hacer frente a los comportamientos violentos cuando los vemos. Debemos condenar todos los actos de violencia, establecer la igualdad en nuestros lugares de trabajo y en nuestros hogares, y cambiar la experiencia cotidiana de las mujeres y las niñas.

En un tiempo se consideraba que los derechos de la mujer concernían solo a las mujeres, pero cada vez más los hombres y los niños se convierten en auténticos asociados en la lucha por el empoderamiento de la mujer. Hace dos meses, puse en marcha la campaña «HeForShe»; un movimiento mundial de solidaridad en pro de la igualdad entre los géneros que agrupa a la mitad de la humanidad en apoyo de la otra mitad, para beneficio de todos.

Todos tenemos un papel que desempeñar, y les insto a desempeñar el que les corresponde. Si nos mantenemos unidos en nuestros hogares, comunidades y países y a nivel internacional, podemos hacer frente a la discriminación y la impunidad y poner fin a las actitudes y costumbres que alientan, ignoran o toleran la ignominia mundial que es la violencia contra las mujeres y las niñas.