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NACIONES UNIDAS, Nueva York – El Día de San Valentín se celebra en algunas partes del mundo como un momento romántico para las parejas. Sin embargo, millones de niños se unen antes de estar preparados, muchas veces en contra de su voluntad. El matrimonio infantil los expone a la violencia, incluso a la violación, y a menudo les obliga a dejar la escuela y a ser padres de forma prematura.
 
El matrimonio infantil es una tragedia para las personas que atrapa, frecuentemente a las niñas más vulnerables, pobres y marginadas.
 
No obstante, también resulta perjudicial para las comunidades y sociedades en su totalidad, ya que afecta a las novias infantiles y a sus familias en un ciclo de pobreza que puede persistir por generaciones. Los estudios indican que poner fin al matrimonio infantil (y permitir que las niñas culminen sus estudios, retrasen la maternidad, encuentren un trabajo digno y se realicen como personas) podría generar miles de millones de dólares en ganancias y productividad.
 
Este año, en el Día de San Valentín, UNFPA hace un llamado a poner fin al matrimonio infantil y las uniones tempranas, como prioridad.
 
A continuación, detallamos cinco hechos poco conocidos acerca del matrimonio infantil. Visibilizar el problema, su omnipresencia en todo el mundo y sus consecuencias puede ayudar a los líderes, incluyendo a los mismos adolescentes y jóvenes, a poner fin a esta práctica de una vez por todas. 
 
1. El matrimonio infantil es común. Ocurre en todos los rincones del mundo.
 
Más de 700 millones de mujeres y niñas que se encuentran vivas al día de hoy, se casaron antes de cumplir 18 años.
 
Debido a que la pobreza es uno de los principales motores detrás del matrimonio infantil, el fenómeno es más común en los países de ingreso bajo y medio, en los que el 26.7 por ciento de las mujeres jóvenes se casaron siendo niñas.
Las tasas varían en función del país y la región. África Occidental y central tiene las tasas más elevadas de matrimonio infantil, con cuatro de cada diez niñas que se casaron antes de los 18 años. El Sur de Asia alberga el mayor número total de novias infantiles.
 
Sin embargo, el matrimonio infantil también se practica en los países desarrollados. Pueden encontrarse ejemplos de esta práctica perjudicial en todas partes.
 
En Nicaragua, Irayda escapó de un hogar abusivo para casarse cuando tenía 14 años. “Antes de los 15, ya estaba embarazada”, explicó a UNFPA.
 
Como sucede a menudo, las responsabilidades de la vida de casada y la maternidad la obligaron a abandonar sus estudios, algo que limitó sus opciones para el futuro, tantopara ella como para su hija. “Me hubiese gustado seguir mis estudios en lugar de abandonarlos”, afirmó.
 
2. Tanto los niños como las niñas pueden contraer matrimonio, pero en la práctica, las niñas son mucho más vulnerables.
 
Los varones pueden casarse y se casan, siendo niños. Nuevas cifras de UNFPA, basadas en un estudio de 82 países, indican que 1 de cada 25 niños, o el 3,8 por ciento, contraen matrimonio antes de cumplir los 18 años.
 
“Era un niño”, explicó recientemente un hombre joven del Yemen a UNFPA acerca de casarse a los 16 años. Su esposa tenía 13 años. “No pude tomar mis propias decisiones”, explicó. “Mi padre me ordenó casarme y me casé”.
 
El matrimonio a  temprana edad impone a los niños y niñas las responsabilidades de los adultos antes de que estén preparados. Todos los niños que se encuentran en estas condiciones precarias son menos capaces de defenderse y son vulnerables a los abusos y la explotación.
 
Sin embargo, hay algunos daños que afectan con mayor frecuencia a las niñas que a los niños. Los estudios indican que las novias infantiles se encuentran especialmente en riesgo de violencia, ya sea por parte del cónyuge, los suegros o incluso de sus propias familias.
 
En Uganda, Abura*, de 15 años, se opuso a casarse con el hombre que su padre eligió para ella. Su padre y su hermano la golpearon y la encerraron con su marido, quien la violó. Se escapó y sobrevivió en el monte durante tres semanas antes de volver a casa, donde su hermano la volvió a golpear. Finalmente, se escapó a un refugio para sobrevivientes de violencia.
 
Las novias infantiles también tienen más probabilidades de quedar embarazadas antes de que sus cuerpos maduren, hecho que aumenta el riesgo de complicaciones graves.
 
Además, las niñas tienen más probabilidades de casarse cuando son muy jóvenes. Aunque la mayoría de matrimonios infantiles se celebran entre niñas de  16 y 17 años, hay muchos países en los que es habitual que las niñas contraigan matrimonio antes de los 15 años. Entre los niños, estos matrimonios tan precoces son prácticamente inexistentes (0.3 por ciento).
 
 
 
3. El matrimonio infantil está prohibido en casi todo el mundo.
 
Dos de los acuerdos en materia de derechos humanos más ampliamente respaldados del mundo, la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, prohíben el matrimonio infantil. Juntos, estos tratados se han firmado o ratificado por todos los países excepto uno.
 
Sin embargo, alrededor del mundo, existen algunas legislaciones nacionales o locales que permiten interpretaciones distintas de este principio acordado. Muchos países permiten que el matrimonio infantil se celebre con el consentimiento de los padres o en virtud del derecho religioso o consuetudinario, por ejemplo.
 
Bertha fue una novia infantil en Malaui. Malaui dispone de leyes que prohíben el matrimonio antes de los 18 años, pero durante un tiempo estas leyes entraron en conflicto con lo especificado en la Constitución, que permitía la celebración de matrimonios antes de la edad especificada con el consentimiento de los padres. La Constitución se enmendó el año pasado para eliminar esta contradicción.
 
“Sufrí complicaciones graves cuando di a luz a mi hija porque mi cuerpo no estaba suficientemente maduro para dar a luz”, explicó Bertha a UNFPA. Tuvieron que operarla y estuvo una semana ingresada en el hospital para recuperarse después de que naciera su bebé. Ahora tiene 17 años y ya no está casada. “Muchas niñas como yo quieren quedarse en la escuela y no casarse”, afirmó.
 
Incluso en los lugares en los que el matrimonio infantil es claramente ilegal, la ejecución puede suponer un problema. En todo el mundo hay muchos matrimonios infantiles, y muchos matrimonios en general, que no están legalmente registrados.
 
En Nepal, la edad mínima legal para contraer matrimonio es de 20 años. Sin embargo, aproximadamente la mitad de las mujeres afirman que se casaron como máximo a los 18 años. La hermana de Puja fue una de ellas.
 
“Mi hermana no estaba preparada para ser una novia a los 17”, explicó Puja a UNFPA. “El matrimonio se produjo en contra de su voluntad. Justo después de casarse, se convirtió en madre. Después también tuvo que dejar los estudios”.
 
 
4. El matrimonio infantil y el embarazo adolescente están estrechamente, y peligrosamente, vinculados.
 
El matrimonio infantil es a menudo un precursor del embarazo precoz. En los países en desarrollo, 9 de cada 10 partos de adolescentes se producen entre niñas que ya están casadas. Estos embarazos precoces plantean graves riesgos para la salud de las niñas cuyos cuerpos es posible que no estén suficientemente desarrollados para la maternidad. A escala mundial, las complicaciones del embarazo y el parto son la causa principal de muerte en niñas adolescentes.
 
Ameena, en Yemen, quedó embarazada poco después de casarse, a los 15 años. “No sabía qué me sucedía durante mi primer embarazo. Parecía como si algo aterrador me estuviera sucediendo en el estómago. Sufrí daños en la columna vertebral debido a este embarazo precoz. No estaba preparada para dar a luz. No estaba preparada para tener un esposo. No sabía lo que era el matrimonio”.
 
A veces, estos daños pueden ser emocionales, agravados por la exposición de las niñas a la violencia. Freshta*, en Afganistán, sufrió una grave enfermedad mental después del parto tras casarse a los 12 años, con un hombre de 60. “Quedé embarazada y di a luz. No me dejó ver a mi bebé, abrazarlo, besarlo ni alimentarlo”, explicó a UNFPA. “Quería acabar con mi vida debido a toda esta tortura”.
 
El embarazo precoz también pone a las niñas en riesgo de casarse. Las niñas pueden verse forzadas a casarse con el padre de su hijo, incluso un violador, para librar a sus familias del estigma relacionado con el embarazo fuera del matrimonio.
 
En Kenia, Eunice quedó embarazada siendo una joven adolescente y su padre intentó que se casara con el padre de su hijo. Cuando el hombre la rechazó, el abuelo paterno de su hijo decidió casarse con ella en su lugar. Eunice intentó escapar, pero la capturaron. “Me pegaron, me golpearon de una forma que no había experimentado en mi vida. Sufrí y lloré mucho”, explicó a UNFPA. Finalmente, su madre la encontró y denunció el abuso a la policía. Actualmente, Eunice tiene 16 años y va a la escuela.
 
 
5. Empoderar a las niñas es fundamental para poner fin al matrimonio infantil.
 
Se requieren muchos cambios para poner fin al matrimonio infantil, incluyendo la consolidación y la aplicación de leyes contra esta práctica. Progresar en la igualdad de género también es fundamental.
 
Sin embargo, los adolescentes y jóvenes deben estar facultados para luchar por sí mismos y por sus derechos. Esto significa que deben recibir información precisa acerca de su salud sexual y reproductiva y acerca de sus derechos humanos.
 
Puede parecer sencillo, pero esta información puede cambiarles la vida. Cuando los adolescentes y jóvenes vulnerables cuentan con este conocimiento, pueden defenderse ellos mismos e incluso convencer a sus familias para que cancelen o retrasen los compromisos.
 
UNFPA trabaja con los socios y las comunidades alrededor del mundo para educar y empoderar a las niñas, así como para sensibilizar a las comunidades acerca de los peligros del matrimonio infantil.
 
Muchas de estas niñas se convierten en defensoras de sus propios derechos.
 
En Nepal, Kabita, de 16 años, pertenece a un grupo de chicas adolescentes que cuenta con el respaldo del Programa Mundial de UNFPA y UNICEF para Acelerar las Acciones para Terminar con el Matrimonio Infantil. “Si abandono los estudios, tendré que casarme de inmediato”, explicó a UNFPA. Como resultado, está decidida a seguir en la escuela. “Un futuro más brillante empieza con una educación”, afirmó.
 
En Zambia, Linda, de 12 años, visita un espacio seguro para niñas que cuenta con el apoyo de UNFPA. “Ahora sé que el matrimonio infantil no está bien. El matrimonio infantil impide que las niñas como yo alcancen sus objetivos en el futuro”.
 
“Veo a muchas niñas que contraen matrimonio temprano y poco después quedan embarazadas o contraen el VIH. Esto no debería suceder en nuestras comunidades porque las niñas deberían estar en la escuela y trabajar duro para convertirse en maestras, médicas y abogadas y alcanzar cualquier objetivo profesional que deseen”, añadió.